lunes, 26 de mayo de 2008

Las modernas y la mili.

Ella llevaba el pelo planchado,
labios rojo no demasiado brillante.
Pestañas embadurnadas en pastoso rimmel
y sombra discreta en los párpados.
Era joven y moderna,
tenia su toque clónico generacional
y no paraba de corregirse el peinado.
Llevaba uniforme verde común,
como el resto de su quinta israelí,
pantalones hiphoperos
y metralleta en ristro.
Estaba, por supuesto, enganchada al móvil.
Nada fuera de lo común,
si estás en Israel, por supuesto.

Cuando acabó de hablar
le dí mi teléfono móvil
y le pedí que lo recargara que yo no hablaba hebreo.
Me miró, me dijo por supuesto en correcto inglés
y empezó el protocolo.
A partir de ese momento un gemido interno se inició en mi interior.
Sus manos, esas manos que practicaban amartillar la ametralladora diariamente,
esas manos con diez dedos...
acababan en diez uñas indescriptibles de horrorosas.
Uñas de rosa transparente, en forma de romboide, con las puntas en las esquinas,
la parte menor del romboide era la que conectaba con la carne.
La parte ensanchada era larga y decorada con perlitas.
(¡Cuánto daño hace la importación oriental!)
Se rascaba con cuidado la cabeza,
esas uñas eran armas afiladas antienemigo.
Eran el nuevo fetiche de los adoradores del SM.
Dejaban a la altura del tobillo a los adoradísimos tacones de aguja...
Esa uñas intentaban teclear un numero en mi Nokia.
Esas uñas convertían al miembro ductil en inútil.
Esas uñas no podían marcar el numero,
y giraban y clavaban la almohadilla cada vez con más impacto...
Esas uñas me hipnotizaron y me dejaron sin habla.
Esas uñas hicieron que presionara los números hasta con los nudillos,
hasta que al final se lo pasó a su compañera de cuartel,
que era moderna, pero no tanto,
y tenia uñas postizas sin pretensiones armamentísticas.
Así que entre gemidos y a punto de llorar, yo, claro.
Me devolvió el móvil, sudada pero sonriente.
Lo había conseguido.
Yo le di las gracias como corresponde
y mire los agujeros que había dejado en el teclado.
Mi móvil hoy agoniza.
Y yo no sé si reírme o llorar.
Me la imagino en el cuartel limpiando el arma
y me entra una risa tonta que me aterroriza.

Irreverencias

Mirando Jordania,
embadurnada en barro negro,
barro de bilis rico en minerales, pienso:

Es irreverente, pero es cierto.
El mar Muerto está muerto.
Lo mataron los turistas
(los japoneses principalmente).
Y Chus, al que le dio por andar sobre las aguas
y corrió el rumor de que era un milagro.
Venga ya,
eso lo hace cualquiera....
chulitos a mi...

martes, 20 de mayo de 2008

En el país inventado III

La gente no habla de esto.
La situación es la que es y así ha sido siempre.
Vivir en tierra ajena es lo que tiene.
O eso es lo que creen.
Que después de muchos años, ya es suya...
Pero ellos lo saben,
saben que hacen algo mal.
Se respira en el ambiente.
Y se ve en las neveras y en las casas.

En el país inventado II

Lo primero que nos encontramos al llegar a Tel Aviv rumbo a Jerusalem, fueron muchos argentinos, benditos ellos que están en todas partes. Ahora mismo puedo jurar que hay más argentinos bajo las piedras que gallegos de los de antes (ese gallego en la luna... eran otros tiempos).
Después de las pertinentes indicaciones en nuestra mother language para llegar a las estación de autobuses, encontramos el 408. Bus verde de "grandes distancias" (60 km) que nos llevará a Jerusalem.
Allí, esperando, como siempre en este paisaje, chiquillos y no tan chiquillos con uniforme y metralleta al ristro (¿se dice así?).
Uno de ellos llevaba la camisa desabrochada, playeras en vez de botas, estaban enganchadas al macuto, y aguantaba el arma entre las piernas, nunca mejor dicho...
Pero lo paradójico, lo que me hace este lugar ajeno a la razón, era que el zagalico de la metralleta en las rodillas, estaba haciendo punto.
Si, tejía un gorro de lana tipo duende con colores no demasiado llamativos...
La imagen era espectacular e inconcebible.
¿Cómo se puede no ser consciente de la destructividad de un arma?
No es que mitifique ese pedazo de metal fabricado en Eibar, pero...
eso, mata gente, deja familias sin hijos, acaba con seres humanos,
crea mentes asesinas y manipula tu poder.
Y lo llevan consigo, con esos ojos inocentes y su ración pequeña de rebeldía. Y van haciendo madejas para la próxima vuelta, para pasar el tiempo, esos tres años de vida robada y sin universidad: Haciendo gorros para cuando salgas a ver el mundo.
Mientras tarde o temprano tu gobierno te obligará a matar en defensa de tu patria.

martes, 13 de mayo de 2008

Las 8 tribus

Aquí seguimos, o sigo, con el calorcito que calienta el corazón, y me resitua en mi ámbito, vamos con el Mediterráneo cerca, que es suficiente.
Nuevos encuentros pero mas experiencias que contar a otros niveles,
esta gente esta loca y hasta los perros andan atontados.
Pero hay colibrís y eso me desazona, porque no se si es una señal o no.
Las neveras están vacías y no las llenan en ningún Opencor cualquiera, eso demuestra, a mis ojos de europea subjetiva, que no se sienten cómodos en esta tierra y que ya por costumbre (siglos y siglos de ser expulsados) no quieren asentarse para luego salir corriendo y dejarlo todo.
Todos a los que he preguntado me han dicho que no están bien aquí, que no les gusta,
pero siguen aquí.
Un viejete encantador, abuelo de mis sueños, me preguntó con un básico inglés que qué tal aquí, y yo le dije que bien (mentí como una cosaca, pero no era el momento) luego yo le pregunte y usted ¿bien aquí? y me dijo algo así como fifty fifty... o no muy bien.
El taxista nos dijo lo mismo, en este país no se permiten los sustos por cualquier cosa, ya andan bastante nerviosos por la situación, pero seguía ahí.
En fin ,muchas mas cosas que me gustaría preguntar, pero no hablan demasiado, aunque son terriblemente entrañables y a la vez maleducados.
El otro día una zagalica llevaba la metralleta a un lado y el bolso de Zara al otro tan normal. Yo me acorde de los chistes de gays en la mili... "cuando se echaban el fusil al brazo como si fuera un bolso".
Se alimentan de humus así que no puedo ampliar mas la visión gastronómica del asunto.
Sigo dejándome sorprender.
La próxima Jerusalem... el ombligo del mundo, porque eso, si que esta claro, es lo que se creen. Esto es mas antiguo que todo...
y hasta puede ser cierto.
La ignorancia me supera,
y las 8 tribus de Israel las desconozco...
pero ¿quién se supo alguna vez los nombres de los reyes godos???

domingo, 4 de mayo de 2008

En el país inventado I

Estoy en la capital del país inventado.
En una terraza mirando el cielo matinal,
que no es inventado
porque es el mismo que el que tengo en otros lugares,
aunque con un sol meridional que me ha tostado
como la gitana que llevo dentro.
A escasos 400 metros está el mar.
Mi mar, el de toda la vida,
la balsica calentorra del Mediterráneo.
Por un lado tenerme a mi misma
me hace sentir como en casa.
Por otro lado, aquí están todos locos.

Este es el ejemplo del gran error
de la sociedad occidental y "desarrollada".
El claro ejemplo de la incongruencia del ser humano
y sobretodo de la estupidez religiosa,
en grado sumo.
Todavía no fui a la ciudad precedente,
allá donde Chus tuvo sus quitameamiesaspenas.
Veremos si el luto no lo invade todo.

Aquí es todo tan artificial,
esta todo tan en contra de la propia naturaleza,
que resulta paradójico.
Los jóvenes hacen un corte especial
en su uniforme para ir a la moda.
Es un uniforme con metralleta,
que es lo convencional,
no nos equivoquemos,
pero con corte a lo hiphop,
(pantalón con cintura baja).

Pero el ser humano es superior a todo esto,
el ser humano se adapta y a veces,
deja de pensar y solo sobrevive.
Es cuando el despropósito
se convierte en propósito.
Esto es lo que sucede,
en la multitud de fiestas que se organizan
el viernes noche, durante el Sabath,
y en las que los jóvenes salen a joder la tradición
y beber y reir como mortales,
pero antes del primer brindis
cantan una liturgia especial para el día sagrado.