martes, 29 de julio de 2008

Razones para abandonar I

Salí de la estación central y la calina me atrapó.
Una explanada limpia me ofrecia la grandiosidad de esta ciudad.
A un lado el Reichstag con su cúpula de cristal,
detrás la super modernidad tambien en cristales.
Buscaba una terraza a la orilla del Spree.
Atravesé la calle para preguntar al taxista,
seguí sus instrucciones.
Me disponia a atravesar la Nada Verde,
cuando detecté a un grupo de 7 obrerosdelaconstrucción
(chulazos alemanotes-polacos de calendario)
que venian hacia mi.
El destino era irrepetible
y me ofrecia una oportunidad de resarcimiento
hacia el hombre alemán.
Me iba a cruzar con ellos.

Llevaba el trajecito con menos tela de mi armario,
las gafas mas anómimas y discretas que encontré.
y mi movimiento de cadera exhuberante
(debido a la lesion que tengo desde hace dos meses).

El instinto (ingenuidad la mia) me hacia confiar.
Me crucé con ellos con toda mi seguridad fememina alrededor.
Esperé,
esperé,
esperé,
no habia sonido,
ellos y yo
y la Nada Verde,
esperé mas.
Alerté a todos los sentidos,
esperé.
Seguí alerta,
esperé
mientrás se desperdigaba mi seguridad.
Nada,
ni un comentario,
ni una mirada,
ni una tos,
ni un bufido,
ni un chasquido,
nada,
como si no hubiera existido,
como si no fuera.

Cuando llegué a la calzada yo ya no existia,
me habia vuelto de color ceniza
y mi feminidad andaba hundiéndose en el Spree.

2 comentarios:

José Mª C. dijo...

Hola me acerco nuevamente a ti desde la página de Kacho para lamentar que quieras abandonar al notar que varias personas no notan que se cruzan con un ser humano, para más señas mujer, ¿pero, no resultaría muy machista que los chicosdecalendariopolaco se fijasen en tu feminidad y lo hiciesen notar?.

THE LITTLE QUEENS dijo...

Aqui el fallo, Jose Maria, es que te respetan en exceso, tanto que es antinatural. No acepto la groseria, pero si el piropo unisex. Tampoco acepto que tras dos horas viendo la puesta de sol en el spree te pregunten si pueden besarte o que se sientan culpables cuando te miran las tetas... hay un exceso de antinaturaleza. Yo les miro y les digo cosas, nunca les falto al respeto.
Además ya no entro a hablar de los 345 cafes que te tienes que tomar antes de que te dejen de dar la mano al saludarte y te den un timido beso en la mejilla.

Y esta es solo una de las razones por las que me cuesta seguir sobreviviendo aqui.
Habrá más y me darás la razón.
Gracias por visitarme.