Echo de menos el mar.
Mi próxima parada con vistas, por favor.
Si, lo he tenido, lo tuve,
y me saturé,
o por tenerlo tanto
no lo supe valorar.
Ahora, al otro lado del Mediterráneo, lo descubro:
echo de menos el mar.
El mar y 30° C.
Hoy he decidido que aguantar 4 anos
la soledad noreuropea ha sido suficiente.
Necesito el salitre y el solete,
y que la gente te toque el hombro
de vez en cuando.
O que se tropiecen contigo.
Lo advierto, me lo advierto,
el próximo invierno será el último.
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