lunes, 21 de diciembre de 2009

Café Fatal

Ayer las arañas triunfaron de nuevo.
Tengo una dosis bestial de germanofilia,
y va a ser difícil salir de esta.
Esta ciudad me sigue sorprendiendo
como si fuera una Erasmus cualquiera.

Café Fatal se llama.
Todo lo demás película de Almodovar y Pulp Fiction.
Era un salón de baile para homosexuales(ambos)
Toda la música la tenias que bailar agarradito,
hasta Prince y Queen
Te tienen que pedir "debailar"
y todos giran como en su propio universo.
Las mezclas, los prejuicios (mios of course)
los chulazos agarrados a leñadores,
las "gordis" con modelos de revista...
fascinante, apabullante.
Todos a ritmo de todos.
Un, dos, tres, pasito.Undostres..
Todo con esa seriedad alemana que les caracteriza,
ese rigor, ese antiritmo,
ese olor de pedo en cada esquina,
(siguen siendo vigorosos en la naturalidad del pedo).
Todo con una imposición un tanto exacerbada.

El sumun: oír a Raffella Carrá en alemán.

Incondicionalmente me tienen atrapada.

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