lunes, 8 de septiembre de 2008

Esta piel de toro...

La irreverencia y el pijo.
Barbaridades que nos identifican.
Vulgaridades que van filtrándose de nuevo en la piel.
Mis oídos las aceptan, deben acostumbrarse.
Me quedan 50 días.

Los piropos y las miradas tan esperadas,
empiezan a sobrepasar la paciencia.
Poco a poco la españolidad me cubrirá de nuevo,
los colores aborrecidos que no se convierten en naranja.
Poco a poco me volveré a cabrear y desearé salir.
Poco a poco volveré a sentirme sin raíces,
sin tierra, desubicada,
más cómoda en un avión en medio de la nada,
que en este país de castañuela.

Aunque no hay cielo más bonito que el de Velázquez,
ni sol más increíble que el de Sorolla,
ni placer más auténtico que una cañita en Graná.


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