martes, 2 de junio de 2009

Una posible historia

Apareció en la puerta de mi casa un sobre remitido a:
"La preciosa mujer de pelo rojo",
contenía una carta manuscrita y una chocolatina.
Todo en un perfecto alemán que entendí.

La carta decía que se había quedado "prendado" de mi,
que quería invitarme a un café.
Dejaba una dirección de mail y su nombre.
¡¡¡Ya empezábamos con la historia de los cafés!!!!

(Estrategia alemana aburrida y poco existosa
que consiste en engancharte al café
"para ir conociéndose"
y acaba en fraude porque no te tocan nunca
y te ahuyentan el morbo)

"NO ME GUSTA EL CAFEEEEEEEE",
fue mi primer pensamiento,
pero luego feromonas, histerismo, locura, gritos, risas y apuestas.
¿Quién era?
Descartamos vecinos,
todos alcohólicos, imposible que escriban tan bien.
Ampliamos al vecindario,
el edificio de enfrente está rehabilitado, intelectuales.
Se lo conté a los de la vineria,
hicimos una fiesta.
Por fin algo diferente me pasaba.

Lo peor era que si el tipo sabía como me llamaba
y que vivía en el cuarto piso,
significaba que me había seguido...
Esa idea incluso fue mejor,
desató el morbo...:
todas me acompañarían al encuentro.

Dejé pasar el tiempo,
he visto muchas películas, hay que hacerlo así.
Puse las reglas:
sin café, si acaso con soja, y solo en inglés.

Me contestó con un si,
pero que iniciaba un viaje de negocios en dos días
y le era imposible.

Eso ya me alteró, ¿tanta tontería para ni siquiera tener un minuto?.
Otra vez la estrategia de no ajustarte en la agenda y esperar dos semanas.
Pues vaya mierda de romanticismo de postín.

Después de ese tiempo,
por supuesto yo no tenía ya el coño pa ruidos,
así que por educación, por cerrar capítulo
y poder contar la historia como real,
lo invité a la actuación que iba a hacer.
Así él en el anonimato del público, decidía si quería continuar.

Fue la primera vez que hice la pieza
"Sometimes I feel like a Lilith in an Eve' world",
hablo y bailo la historia de Lilith.
Sólo había un hombre en el público al que no conociera.
Lilith surgió, arrasó y fue.

De el admirador secreto nunca más se supo.
Le envié un mail en mi mejor alemán:
Und?.
No contestó.

1 comentario:

Paz Zeltia dijo...

oh, vamos!
:-(
pena de historia que me he perdido!