Llegas al país de las arañas
combatiendo el frío con una sonrisa
que nunca entienden ni entenderán.
Te sientas en el metro aceptando que
sabes el destino y que esta ciudad es tuya,
mía en este caso y sólo a veces.
Entonces te llega un gustito sexual....
sientes un calorciqui acuciante en tus partes...
Levantas las cejas y suspiras
intentando descifrar por qué nadie muestra
asombro o placer en su agnóstica expresión.
Y yo me regodeo en esta
calefacción especial para mujeres,
autentica y pura,
que debió ser ideada por freudianos
para relajarnos los instintos.
sábado, 27 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario