lunes, 2 de febrero de 2009

Las arañas-vampiro

Cuando regresé las arañas lo habían invadido todo.
Habían dejado huevos enganchados al parquet.
Todo estaba marcado por su presencia.
Tuve que fregar al modo de antaño (aquí no hay fregonas)
para crear mi espacio de nuevo.
Pero era tarde, ya habían hecho su trabajo.

Las arañas vampiros, por ejemplo,
ya habían vampirizado mi imagen.
Como en la película de las vainas
donde cuando duermes, un clon propio resurge y te mata...
Igual. Eso creí al principio.

La araña, que es vampiro, pero se ha arañizado "aracnizado".
La araña ya había tomado el naranja como su color,
la danza como profesión,
el descaro como virtud,
el desnudo como contemporáneo (error, eso no lo hice ni yo)
había copiado mi risa,
habia dejado de ser vegetariana
y hasta se había hecho un tatú.

Nunca pudo ser tan follonera como yo,
eso viene en el cromosoma valenciano.

Así que tuve que limpiar a fondo para no ceder ante lo aparente,
que luego se ha quedado en una burda copia....
En fin, que sabe más el diablo por viejo que por diablo...
y que cuando tú vas yo ya he vuelto y estoy tomando café...
y arrieritos somos...

Y teniendo todo el refranero a mi disposición....
Seguiría, pero ni siquiera merece la pena.

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