domingo, 18 de abril de 2010

Quince Minutos. Parte 8.

“Buenos días chicos, como sabéis soy la única mujer en este despacho, creo que eso salta a la vista. Llevo 15 meses trabajando a destajo, sin llamar la atención, sin exigir mis derechos, sin intentar imponer mis opiniones y soportando vuestro trato. Desde que entré como becaria acepté traeros los cafés y ser servicial ya que vuestro trabajo se acumulaba. Cuando dejé de ser becaria y pasé a contratada nadie se percató y el trato de ayudante-secretaria-mujer-para-todo continúo. A mi no me importa, no es de esto de lo que quiero hablar. He mantenido este engaño por miedo a adquirir demasiadas responsabilidades. Así estoy más liberada. Cuestión de inteligencia. Pero durante todo este tiempo no he tenido ningún novio que me estuviera esperando y que me obligara a salir en punto, no me he quedado embarazada, por lo cual no he utilizado mi derecho a la maternidad pagada. Y ninguno de vosotros ha sufrido mis lágrimas de hipersensibilidad cuando ovulo y mi mala leche cuando tengo la regla. Tampoco habéis visto en ningún momento que yo me escaqueara de trabajar por dolor de regla, pero si lo pensáis, recordad que me habéis visto correr hacía el maldito baño a vomitar y hacerlo sin rechistar. Habéis sido testigos de todo esto 15 veces desde que me conocéis, más o menos, 45 días de vómitos. Claro que yo me he tragado vuestros excesos gastronómicos de comidas de empresa. Vuestras borracheras inconscientes con los clientes. Vuestras malas rachas de no entenderos con la socia de turno. Y vuestra pitopausia galopante e indemostrable. Nunca he exigido baños separados y he tenido que guardar mis utensilios higiénicos usadísimos, es decir compresas y tampones, en mi pequeño bolso porque no hay papelera en el baño. Y yo sin embargo os he bajado la tapa del inodoro después de que cada uno de vosotros la dejara subida, que está para algo, y el ambientador que no utilizáis nunca, lo pago de mi bolsillo por vergüenza a que oláis lo que no es vuestro. Ante todo respeto. Vosotros sin embargo entráis con un cigarrito y ya está.
A lo que iba, siendo la única mujer de este despacho jamás habéis sufrido las consecuencias mensuales de mi querida condición femenina, pero yo he sufrido vuestra necedad masculina constantemente como ya he dicho, recordad que no me habéis invitado a ninguna de las dos despedidas de soltero que yo misma organicé desde mi despacho. Obtuve, eso sí, un diminuto recuerdo floral del restaurante donde cenasteis. Tampoco os dais cuenta de que sí en el botiquín exigís vitamina C para vuestras resacas futboleras, yo debería exigir compresas y tampones por doquier porque cuando me viene la regla, me viene sin avisar, y tengo que poner cualquier excusa para acercarme al supermercado, sin que nadie crea que estoy haciendo la compra de la semana...

No hay comentarios: