Lo bueno de estar fuera es que no te das cuenta de las tragedias de la comida de casa.
Ayer comí alubias de León en donde siempre.
Ha habido daños colaterales
y se han transgredido las normas de la convivencia:
Hice todo el camino al tranvía con autopropulsión
Casi asfixio en un teatro a 45 personas ensayando,
peor que el terrorismo en Rusia...
En el metro los controladores no llegaron a mi"zona".
Varios intentos de homicidio a mis compis en casa,
y no se a quien dar gracias: mi visitante ha sobrevivido la noche,
(su inconsciente le ha hecho realizar varias amneas nocturnas)
pero ha sido quedarme sola y casi cometo suicidio.
Definitivamente las alubias son una arma de destrucción masiva.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
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