Siempre pasa lo mismo.
Me adentro.
Me sumerjo.
Y cuando salgo a la realidad…
me tropiezo con las palabras,
o los olores,
o la noche.
Se acaba el cine
y tardo 3 o 5 minutos en resituarme,
darme cuenta de que ese sol que vi en el fotograma
no es el mismo que se puso en mi día de hoy.
jueves, 19 de noviembre de 2009
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